El acondicionamiento hipóxico (HC) normobárico se define como la exposición a la hipoxia sistémica y/o local en reposo (pasiva) o combinada con el entrenamiento (activo).
El acondicionamiento hipóxico normobárico ha sido utilizado anteriormente por poblaciones saludables y atléticas para mejorar su capacidad física y mejorar el rendimiento en el período previo a la competición.
Recientemente, el acondicionamiento hipóxico normobárico también se ha aplicado de forma aguda (exposición única) y de manera crónica (exposición repetida durante varias semanas) en sujetos obesos y con sobrepeso con la intención de controlar y potencialmente aumentar la salud cardio-metabólica y la pérdida de peso.
En la actualidad, no está claro cuáles son las respuestas cardio-metabólicas para la salud y la pérdida de peso de las personas obesas en respuesta al acondicionamiento hipóxico pasivo y activo.
El estudio de los posibles beneficios de la exposición al acondicionamiento hipóxico pasivo y activo puede proporcionar hallazgos fundamentales para mejorar la salud y el bienestar de estas personas.
Recientemente se llevó a cabo una búsqueda bibliográfica sistemática de artículos relacionados con esta materia publicados entre 2000 y 2017.
Se incluyeron los estudios que investigan los efectos del acondicionamiento hipóxico normobárico como un nuevo enfoque terapéutico para obtener mejoras en la salud cardio-metabólica y la pérdida de peso de las poblaciones obesas.
Los estudios investigaron métodos pasivos (n = 7; 5 animales, 2 humanos), activos (n = 4; todos humanos) y una combinación de HC pasivo y activo (n = 4; 3 animales, 1 humano) con una fracción de oxígeno inspirado (FIO2) entre el 4.8 y 15.0%, oscilando entre una sola sesión y varias sesiones diarias por semana, con una duración de 5 días hasta 8 meses.
El acondicionamiento hipóxico pasivo redujo las concentraciones de insulina (de -37 a -22%) en animales obesos y aumentó el gasto de energía (de +12 a + 16%) en humanos obesos, mientras que el acondicionamiento hipóxico activo condujo a reducciones en el peso corporal (de -4 a -2%) en animales y humanos obesos, y en la presión arterial (de-8 a -3%) en humanos obesos en comparación con una misma carga de trabajo en condiciones normóxicas.
Sin embargo, existen hallazgos no concluyentes en la determinación del impacto del acondicionamiento hipóxico agudo y crónico en marcadores como los triglicéridos, los niveles de colesterol y la capacidad de aptitud física.
Es importante destacar que la mayoría de los estudios que incluyeron modelos animales involucraron exposición a niveles severos de hipoxia (FIO2 = 5.0%, altitud simulada> 10,000 m) que no son adecuados para poblaciones humanas.
En términos generales los resultados de este análisis muestran que el acondicionamiento hipóxico normobárico demostró efectos positivos observables en relación con la insulina y el gasto de energía (pasivo), y el peso corporal y la presión arterial (activo), que pueden mejorar la salud cardio-metabólica y el control del peso corporal de las poblaciones obesas.
Sin embargo, se necesitan mayores evidencias sobre las respuestas de los biomarcadores circulantes al acondicionamiento hipóxico pasivo y activo en humanos
Al igual que hemos señalado en previas publicaciones, estos resultados resultan alentadores y abren nuevos caminos para el uso de la hipoxia en el campo de la salud